Historia

La devoción a Santiago Apóstol echa sus raíces en Aznalcázar por todos estos pueblos del Aljarafe a raíz de la reconquista de los mismos por el Gran Maestre de Santiago Garci-Pérez de Vargas y Pelayo Correa (Pelay Correa), hacia el año 1251. A finales del siglo XIV, San Vicente Ferrer, promueve la devoción al Señor en su título de Buen Fin. Con la conquista de Granada y por influjo de la Reina Católica, se extiende la devoción a la Virgen en sus Angustias, devoción que es castellana en su origen y que quiere significar los dolores y el sufrimiento en sumo grado. 

La fundación de esta Hermandad con el título de Santísimo Cristo del Buen Fin, María Santísima de las Angustias, San Juan Evangelista y Santiago Apóstol, se hizo en la Iglesia de Santiago, sita a extramuros de la Villa según se hace constar en Breve de su Santidad Pío VI (Archivo de la Hermandad), y allí estuvo hasta que a finales del siglo XVIII y por estar la citada Iglesia en peligro de hundirse, pasan las Imágenes a la Parroquia y fueron colocadas en un Altar sobre la bóveda de enterramiento de D. Juan Bejarano, hermano y bienhechor de esta Hermandad.

Según consta en los archivos parroquiales y municipales existía en la segunda mitad del siglo XVI una Ermita y Hospital de Santiago donde se reunió en varias ocasiones el Cabildo Municipal; lo cual hace suponer la existencia de la Hermandad que regentara dicha Ermita y Hospital.

La antigua Capilla del Apóstol fue levantada según la tradición, por los Caballeros dela Orden de Santiago que ayudaron a las tropas del Rey Alfonso X el Sabio a la reconquista de nuestro pueblo del dominio musulmán a raíz de los años de 1.250.

Esta Capilla gozó de gran prestigio, llegando a ser a modo de hospital de peregrinos, pósito municipal, sede de algunos consejos de la villa, lugar de enterramiento y naturalmente su primitivo fin, centro del culto al Apóstol Santiago, Patrón de España.

Su Santidad el Papa Pio VI, según Breve que obra en el archivo de esta Hermandad, de finales del siglo XVIII concedió indulgencia plenaria a todos los fieles que visitaran la Iglesia donde sea expuesta la Imagen de Santiago, en la Villa de Aznalcázar desde las primeras vísperas hasta el ocaso del sol en los días Domingo de Palmas y veinticinco de Julio (Festividad del Patrón de España) de cada año.

La Iglesia Universal ratificó así la devoción santiaguista que este pequeño pueblo sevillano profesaba desde la Edad Media, pues, aunque no hay constancia de su origen, sí se conocen datos que acreditan la existencia en los albores del siglo XVI de un arrabal consolidado en torno a la ermita dedicada al Santo. Al poco tiempo, la archidiócesis sevillana se sumaba al reconocimiento pontifical significando de manera especial a la imagen de Nuestra Señora de las Angustias, que desde entonces se incorporó al cortejo procesional revistiéndose con los atributos gloriosos acordes a la ocasión. En aquella época, en la que las indulgencias marcaban la vida religiosa, este hecho tuvo una gran trascendencia, ya que el Breve era anualmente publicado en las parroquias de la comarca y de Sevilla, lo que permite suponer un cierto movimiento de peregrinaciones del que no han quedado mayores reseñas.

Los documentos conservados nos hablan del esplendor que el pueblo reservaba de manera ininterrumpida para la fecha del 25 de julio durante los siglos XVIII y XIX, aunque en esta última centuria se produjesen contadas excepciones, que llevaron incluso a trasladar la festividad del Apóstol Santiago hasta el 15 de agosto. La importancia devocional que adquirió la hermandad entonces quedó reflejada en un ajuar, que entre otros objetos se completaba con la saya y los pendientes donados por la reina Isabel II que lucía la Santísima Virgen. Al inicio del siglo XX, el popular Padre Colchero introdujo la revolución estética que vivía la Semana Santa de Sevilla, apareciendo figuras tan trascendentales como Juan Francisco Muñoz y Pabón, quien dedicó algunas cantatas a Nuestra Señora de las Angustias, y Juan Manuel Rodríguez Ojeda, cuya creatividad tuvo su reflejo en la renovación de la corona de la Virgen, en el encargo de unos nuevos candelabros delanteros inspirados en los creados por el artista para la Macarena y, por último, en la ejecución en 1926 del majestuoso y característico manto azul bordado en oro.

Sin embargo, la tragedia aguardaba a la vuelta de la esquina y así la destrucción de las imágenes titulares durante el incendio de la Parroquia de San Pablo en 1932 parecía poner el punto final a esta historia de esplendores. Afortunadamente, los angustiaos (como así se denominan en la dualidad mariana que divide al pueblo a los devotos de la Virgen de las Angustias) supieron renacer de sus cenizas encomiando tan noble labor a D. Antonio Castillo Lastrucci. El maestro condensó todo su talento en la imagen de Santiago, tallando un grupo escultórico definido por el extraordinario movimiento que otorga a la obra toda la expresividad enérgica de la escena representada. La figura del Apóstol a lomos de su blanco corcel aúna en su composición la influencia de la pintura y la plasticidad susillesca de aquellos primeros relieves del artista.

Entre los hermanos ilustres que han pertenecido a la Hermandad a través de los tiempos, sobresalen los siguientes:

· Don Juan Bejarano Altamirano, celoso sacerdote y bienhechor de la Hermandad.

Devotisimo de María Santísima de las Angustias

· Don Joaquín Dominguez Becquer y su esposa Doña Francisca Rull y Rull,camarera de la Santísima Virgen.

· Don Francisco Colchero Navarro, Sacerdote hijo de Aznalcázar. Hermano Mayor y Director Espiritual de la Hermandad.

· Don Enrique Almaraz y Santos, Cardenal Arzobispo de Sevilla.

· Don Guillermo Camargo y Abadie, vicealmirante de la Armada Española.

· Don Santiago Montoto y de la Seda, Ilustre escritor sevillano.

· Doña Ana Aranda Marcelo, “Anita la patrona”, camarera perpetua de la Santísima Virgen de las Angustias.

· En la actualidad, su Majestad Doña Sofía de Grecia, Reina emérita de España ostenta el cargo de Camarera Honoraria de la Santísima Virgen.

· Su Majestad Don Juan Carlos I de Borbón, Rey emérito de España, Hermano Mayor Honorario de la Hermandad.

TEXTOS: Archivo de la Hermandad

José León Calzado

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