Devoción a Santiago Apóstol en Aznalcázar
La devoción a Santiago se remonta en nuestro pueblo al siglo XIII, cuando las tropas castellanas del Rey Alfonso X el Sabio, hijo de Fernando III el Santo, al mando del Gran Maestre de la Orden Militar de Santiago Garci-Pérez de Vargas y Pelayo Correa, Pelay Correa, conquistan las tierras del Aljarafe y con ellas a nuestro pueblo y las incorporan al Reino de Castilla.
A raíz de esta conquista, los Caballeros de la Orden, fundan extramuros del pueblo una Ermita dedicada al Santo Apóstol. Ermita que llegaría a ser Hospital de Peregrinos, pócito del Ayuntamiento y sede de Cabildos de la villa. Ermita que por su ubicación dio nombre a la Calle de Santiago, actual calle del Arquillo.
A partir de este momento, la devoción santiaguista queda entronizada en nuestro pueblo, perdurando a través de los siglos llegando hasta nuestros días.
Desde siempre, la Hermandad profesó una devoción especial a la Imagen de Santiago Apóstol Caballero, imagen que los Caballeros de la Orden propagaron por todos los reinos cristianos, a partir de la famosa batalla de Clavijo, reinado de Ramiro I, siglo IX.
Batalla envuelta en la leyenda en la que según la tradición el Apóstol sobre blanco caballo ayudó a las tropas cristianas a alcanzar su victoria sobre los árabes. La Imagen que poseía la Hermandad era en cierto modo de un estilo arcaizante, donde sí podemos resaltar, que destaca la expresión del Apóstol. Era una imagen parecida a la que podemos ver en algunos pueblos andaluces, Hinojos, Castilleja de la Cuesta, Villanueva del Ariscal y otros lugares de nuestra geografía.
A esta Imagen, la Hermandad y el pueblo de Aznalcázar le tuvo, a través de los tiempos, profunda devoción, como lo atestiguan los cultos y fiestas a lo largo de los siglos.
Salidas en su día del 25 de julio, procesiones del Corpus Christi, misas y rogativas, y participación de la Imagen del Apóstol en celebraciones extraordinarias tanto políticas como religiosas de nuestro pueblo y de la nación.
Nuestra Imagen actual, vino a sustituir a esta primitiva Imagen, que fue pasto de las llamas en el incendio intencionado que sufrió la Iglesia Parroquial en la madrugada del día 7 de septiembre de 1.932. Incendio que destruyó totalmente nuestra Parroquia, joya del mejor mudéjar del Aljarafe. La Imagen del Apóstol Santiago fue encargada en el año 1.940, al gran escultor e imaginero D. Antonio Castillo Lastrucci. Santiago llegó a la Capilla de Nuestro Padre Jesús, donde ya se encontraban las Imágenes de la Virgen y San Juan, salidas también de las manos del genial escultor. Nuestras Imágenes permanecen en la Capilla hasta el 29 de junio de 1.945, cuando en un sencillo y emotivo traslado llegan a la Parroquia.
Decir además, que fruto de ese amor y devoción a Santiago Apóstol, es el otorgamiento e imposición de la Medalla de nuestro pueblo a la Imagen de nuestro Santo Apóstol en un acto solemne celebrado en nuestra Parroquia el día 1 de febrero de 2.004.
Seguido a este acto, tuvo lugar una triunfal y multitudinaria procesión por las calles de nuestro pueblo.Y a causa de este esplendor de las fiestas y a su continuidad a través de los tiempos, la Junta de Andalucía declaró el día 11 de abril del año 2.008 a las Fiestas de Santiago de nuestro pueblo, “Fiestas de Interés Turístico de Andalucía”.
La Sagrada Imagen de nuestro Apóstol Santiago es un grupo escultórico ecuestre. El Santo aparece montado en blanco caballo que apoya sus patas traseras mientras levanta las delanteras en una bonita y elegante corbeta. Forma un conjunto de gran realismo y lleno de dinamismo, su capa flotando al viento y su mano alzada portando espada de plata, nos hace llevar nuestra mirada a los cielos. La figura del Apóstol se yergue sobre el caballo con una mirada serena y al mismo tiempo de firmeza que, dirigida al espectador lo cautiva desde el primer momento.
Creemos que por su majestuosidad, originalidad y prestancia, hacen de nuestro Apóstol una imagen única y en cierto modo básica para el estudio de la obra del gran imaginero. Cuando mejor podemos apreciar la grandeza de esta obra es viéndola en la tarde del 25 de julio, cuando el sol está a punto de despedirse del Aljarafe, y el Apóstol asoma por la “Puerta de los Novios” de nuestra Iglesia Parroquial.
Por todo lo expuesto, concluimos que la devoción al Bendito Apóstol de las Españas, es consustancial con nuestro pueblo y con nuestra Hermandad. Decir Santiago es decir Aznalcázar y decir Aznalcázar es decir Santiago, pues desde hace cerca de ochocientos años, nuestro pueblo recibió ese maravilloso regalo de la devoción, la fe y el amor al Santo Apóstol Santiago.
Las noches claras de julio
Se encienden en luminarias,
Por los cielos va a caballo
Sembrando su luz de plata.
Desde Galicia a Levante,
De Andalucía a Navarra,
Recorriendo ambas Castillas,
Cruzando toda la España,
Llena sus cielos de estrellas
Y luceros de esperanza.
Su caminar peregrino
Polvareda blanca y nácar,
Deja un reguero de luz
Allá por doquiera pasa.
Montado en blanco caballo
Va dejando en sus pisadas
La fe y el amor fraterno
Que Cristo le encomendara.
Y se llegó hasta el Ebro
Donde a María encontrara,
Que se quedó en un Pilar,
Como apoyo a su palabra.
Cruza cielos castellanos
Y hasta Andalucía baja,
Y al divisar nuestro pueblo,
Detuvo en él su mirada,
Queriendo quedarse aquí,
En nuestra tierra, Aznalcázar.
Y se quedó para siempre,
Metiéndose en sus entrañas,
Que ni el paso de los siglos,
Ni tormentas, ni borrascas,
Han conseguido que Él,
Apóstol de las Españas,
Se aleje de nuestro pueblo,
Se borre de nuestras almas.
Pues mientras alumbre el sol,
Y el aire de la mañana
Acompañe al campesino
Que, al par que reza, trabaja,
Mientras una madre amorosa
Con un nudo en la garganta
Levante sobre sus brazos,
Alzándolo hasta sus plantas,
Al hijo de sus amores,
Al par que el pueblo lo aclama,
Él, seguirá con nosotros,
Protegiendo nuestra Patria.
Por eso, mientras haya vida
Y esta fe en nuestras almas,
Por siempre, Tú, Santiago,
¡¡Reinarás enAznalcázar!!